viernes, noviembre 26, 2010

STALINGRADO 1942

En esta zona el frío simplemente es despiadado. Los Camaradas del Ejercito Rojo luchan contra las inclemencias del clima con pequeñas fogatas y con esperanza, la nieve se funde con el suelo y todo es una mezcla de blanco sucio.

Hoy parece ser un día tranquilo, las balas suenan a lo lejos, pero no todos los días es así. En esta gloriosa ciudad de Stalingrado, el Ejercito Rojo le muestra al mundo su valentía al defenderse del Fascista invasor.

Más allá de una hilera de edificios derrumbados se encuentran los enemigos del pueblo soviético. Los nazis, tratan de defenderse de los incesantes ataques de nuestros camaradas pero su mayor temor es la muerte silenciosa.

Cuando menos lo esperan los alemanes caen muertos por los certeros tiros de un soviético que ha dado su rifle para honrar al camarada Stalin y su corazón para defender al pueblo ruso. Este gran camarada es Vasili Záitzev

Pero la guerra es dura, bien lo sabe el soldado Záitzev que se enfrenta a los soldados nazis con su rifle y con su paciencia. Pasa horas esperando al enemigo y cuando se presenta la oportunidad, el camarada Vasili dispara de manera certera sobre el enemigo.

En esas horas él, medita en su niñez en los Urales, cuando cazaba con su abuelo. Durante ese tiempo en que cualquiera podría caer en la locura, el piensa en el mayor bienestar de nuestro pueblo.

Bajo las órdenes de nuestro Gran Camarada Stalin que dirige la lucha desde Moscú, cientos de miles de soviéticos dejan su sangre en el suelo frío de Stalingrado para defender a sus familias.

La peor parte se la llevan los nazis, que desconociendo las inclemencias del invierno soviético, se lanzaron en una conquista que les está costando demasiado, son cientos los soldados alemanes que mueren de frío y cientos más los que mueren por las balas soviéticas que defienden las tierras del Camarada Lenin.

Muchos soldados, como Záitzev, no buscan la gloria personal, sino buscan la gloria de un pueblo orgulloso que se defiende.

Por eso Camaradas, ni un paso atrás, es momento de seguir acá en el frente de batalla expulsando al invasor.

Por estos soldados, por cada uno de los soviéticos caídos, convocamos a participar, en las fábricas, en los soviets, en cada uno de los rincones de organización de la revolución para defender las conquistas del pueblo.

Desde el frente de batalla y viendo cada día las glorias del Ejercito Rojo

Pavel Medvedev, periodista ruso en Stalingrado.

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