Ella salía nuevamente al escenario y sonreía, entre luces y fanfarrias de telón parecía ser un ángel, los aplausos y los monólogos que siempre se encerraban en algo más cercano al ostracismo que a una puesta en escena.
El olor a humo y la tos siempre inadecuada de algún ser escondido entre el público la volvía a esa realidad mundana que se extraviaba entre las tumbas de Shakespeare.
Su voz se anudaba y el sol parecía volver a cegarle la vista... ese terrible ser que no la dejaba ver...
¿Cuanto había pasado desde que había estado llorando?
Recordó malos momentos y una lágrima amenazó con aparecer en medio de la gran comedia...
Trago una bocanada de aire y salió en conquista de su público expectante...
Saltó en una impresionante voltereta y terminó agazapada en un rincón del escenario... estiró su mano y toco la gloria de los grandes aplausos...
Hasta Dios que como siempre era tan mundano se volvió hacia ella y la atisbo de aplausos...
Una reverencia a la izquierda otra a la derecha, el público estallaba en un estridente grito de complacencia...
El telón volvió a cerrarse y ella se apresuró a volver a su cuartito...
Encerrada con sus sombras tomó un cigarrillo y volvió a mirar el mundo por la ventana, colgó su mascara de alegría y su cara mostró su lado oscuro y triste, la pintura de sus ojos se había corrido y las lagrimas volvieron a surcar sus viejos caminos...
Sola, como siempre, preestablecida como una especie de bufón para un público obsoleto...
Ella sollozaba por su triste realidad fuera del escenario...Temía a su vida real, a aquella que comenzaba a bajarse del escenario...