martes, marzo 31, 2009

Habia en su piel un brillo nacar, de una luz fria que te hacia mirarla casi sin poder cuestionar nada.

Avanzaba en una forma suave, parecia flotar sobre la hierba.
Los transhumante decian que era una ninfa, un hada o una musa...
Su voz suave se mezclaba en mi cerebro con terribles necesidades de mirarla eternamente.
Ella era así, llenaba el mundo con su sonrisa y con un silencio que te hacia sentirla extremadamente presente.
Su mirada parecia leerlo todo, escrutar las más pequeñas cosas, convertia a las personas en papel, y nos traspasaba con una dulzura que parecia terrible.
Cuando su voz viajaba por el viento era en palabras suaves, pensadas, nada parecia al azar y al mismo tiempo era todo lo contrario.
Así, diminuta, se levantaba altiva...
El tiempo besaba suavemente sus labios y las más mordaces hojas trataban de enredarse en sus cabellos.
La expresión máxima del nada y todo, escrito en la mirada de una persona.
Nuevamente los astros parecían crepitar en altares y la hija obediente caminaba entre las palmas.
Con algunas palabras ella lograba encerrarme con mis odiados - queridos demonios...
El viento la subio en un pájaro gris, que la llevo nuevamente a su espacio...
Y yo me quedé, remendando nuevamente mi alma.