jueves, junio 22, 2006

EL TELON ESTÁ ABIERTO

La memoria, que lugar extraño de consecuencias... nada queda impune y muchas veces veo caer mis altares donde mis divas van formando mi monte del Olimpo, el cielo me rodea, tus ojos con párpados cerrados, me dejan ver como acabas con los sueños, tu boca entreabierta me somete en un aire de limpia victoria, de pseudotriunfo... De pronto el mundo se sacude y los grandes altares caen a pedazos en el suelo, lo que era divino se vuelve mundano, lo que era mágico cae en lo terrenal... no hay nada aquí...
Me levanto y no veo nada, todo está oscuro, el silencio prorroga mi victoria, pero no hay nada, no queda sobre que festejar... no hay nada aquí...
Sólo soledad de triunfo, soledad sobre ruinas...
Solo... es tan difícil todo, no esperaba que me encerraras en el purgatorio por tanto tiempo...
A veces me encerraría en tus ojitos para escapar de todo...
A veces creo que el infierno es tan terrenal como mi cama vacía...
Pero sonrió, siempre sonrió... la función no ha terminado y el payaso debe reír...
A pesar de las ruinas y las soledades.... hay que reír... (dicen)

martes, junio 13, 2006

MÍA

El ocaso de la noche me hacía estremecer, las realidades se transformaban de poco a poco en cosas que no sabía si dejar entre lo completamente onírico o completamente real.
Salí a caminar y a ver las terribles necesidades de humanidad que tenía, las ganas de mirar el cielo y no sentirme tan completamente solo...
Soñé en que nada parecía ser tal como era, y caminé, durante horas, terriblemente apabullado por las cosas cotidianas, por esa soledad embriagadora, donde siempre tenemos posibilidades de cranearnos las cosas que nos pasan y buscamos respuesta a cosas de eterna incógnita.
De pronto me consumí durante horas al escuchar un crepitar constante dado por las luces de neón de los carteles brillosos de la calle Corrientes, el andar, el moverse, la gente corriendo a mi alrededor... y yo simplemente consumido en las cosas pequeñas...
Encendí mi pipa y comencé a jugar con el humo, ver como en un torrente extraño de contorneante figura que se deshacía sobre el cielo de la ciudad... El neón seguía crepitando...
Caminé durante horas y en insospechadas consecuencias, durante días y años, hasta que finalmente después de todo, volví a tus ojos...
Desde donde cerré los míos y me dejé contemplar...
Vi una desquiciada realidad... y vi elefantes volando sobre el humo que expelía mi pipa... las luces de neón se convertían en gigantes jaulas para atrapar los sueños de los mundanos... yo salí de torrente humano de la calle... me encerré en un baño y miré en lo profundo de mis ojos tu recuerdo y vi al fin que te llevaría para siempre conmigo... en realidad y locuras... eternamente... en recuerdos....
Mía.