domingo, noviembre 27, 2005

¿QUÉ COMO TE VEO?

Y si hubiera de nombrarte? y entonces que haremos? dónde quedará todo? seremos? Uff.. describirte... que cosa complicada, que eres para mí? desde donde podré motivar mi ser?
Y si quisiera recordarte, como lo haría?
Recordaría que aún seguimos vivos y meditaría en las largas conversaciones y en esos silencios que lejos de ser incómodos nos posicionan en un exquisito lugar de complementación.
Tanto nos parecemos y tan diferentes somos...
¿Cómo eres? como podría describirte sin caer en divinizaciones?
¿Cómo eres? sin ser suavemente poco claro o demasiado poco politizado.
La necesidad de sabernos es terriblemente inquisidora...
¿Cómo me ves? Son cosas que nunca se han de preguntar...
Simplemente te veo, corroboré mis terribles pensamientos de dolor y me sentiré saciado de la necesidad de verte y esgrimiré mi pluma en tu memoria...
Pero no me preguntes como te veo o como te imagino, que pecaré de subjetividad y dejaré mi coraza para caer en la simple desnudez

viernes, noviembre 18, 2005

DE ESA CALLADA MANERA...

Venía caminando hasta mi casa, pensando y comenzaron a atacarme muchos recuerdos, sucesos vividos hace años atrás o inclusos sucesos de hace una hora... (siempre medimos todo, no?).
Pensé en mi estadía con la Psicóloga... en todo lo que hablamos y lo que dijimos, en ese extraño lugar de status quo, que suponía ser mi espacio... (es irónico que alguien te establezca cual es tu lugar o peor aún, cuando te tienes que sentir bien en el...).
Recordé cosas del pasado, pensé con raciocinio de psicólogo en que me pasa, establecí relaciones entre lo que viví y lo que viviré.
Me vi caminando llevándome en brazos a mí mismo, pero cuando era bebé... de mi mano derecha caminaba quien debía ser mi hijo... y adelante nuestro un anciano con una pipa que resultaba ser yo en el futuro... todo muy onírico...
Establecí relaciones entre lo que había vivido y lo que estaba pasando por mi cabeza, comprendí por un momento mi extraña necesidad de torturarme con cosas del futuro que fueron pasado, como un hijo...
Caí que en el fondo está todo predeterminado por esa necesidad extraña de satisfacer en el futuro las cosas que fueron limitadas en el pasado... ¿estaré entendiendo a Freud?...
Mi familia es extraña, y tal vez ahí deba empezar mi análisis de la singularidad que afecta mi vida, mis padres se separaron, varias veces.... ¿creo? entre largas jornadas de ausencia, a veces, volvía a aparecer mi Padre... siempre lo quise mucho, aunque muchas veces no comprendí su ausencia... me dolía no tenerle cerca, cuando parecía más necesario, tenía a mi madre en su lugar.
Mi madre hizo todo, lo que había que hacer y lo que había que equivocarse... todo lo realizó en una forma valiente, se encontró de pronto, tan sola y con tanto encima, aún así logró llevar todo adelante...
En el fondo siempre sabré que mi madre está adolorida, le toco tantas cosas y todas a ella sola... y en cierto modo eso la forjó en una actitud un tanto ácida con la vida...
Así me crió mi madre, sola, y cuando todo parecía retornar a una extraña tranquilidad, apareció mi padre... o desapareció.... no recuerdo, una de las cosas más extrañas de mi pasado es que no lo puedo hilar en forma cronológica, si no que aparecen como imágenes que revolucionan mi cabeza...
Pero basta de infancia...
Pasaron los años y por en medio de mi camino, conocí a una mujer... entre avatares de amores y desamores, entre sábanas y orquídeas, el mundo determinó que era momento de establecer partes de un futuro...
Concebir, en el extraño mundo en que se vive...
Ante la idea que apremiaba corrí a cambiar el mundo y a tapar el sol con un dedo...
Transformé mi mundo en su mundo y esperé a que las cosas llevaran a un futuro deseado...
Quería en el fondo determinar mi real capacidad de paternidad... no quería desaparecer como un padre ausente, quería ser parte de algo, dejar en un futuro cercano algo mío... algo de mí, algo que me llevara a creer que no todo estaba tan perdido...
Los sentimientos se sublevaron a las razones y de pronto me quedé con una estaca clavada en lo más profundo de mi ser, no pude, fallé... ahí, donde nunca había querido fallar, fallé en otorgarle amor y protección a mi linaje...
El desconsuelo fue obra del infierno, y los fantasmas me invadieron...
Fui lo que nunca quise ser, fui ausente, fui sereno y apacible observador del aniquilamiento de lo que podría a ver sido mi mejor demostración de amor.
Me atacaron, sin saberlo en mi parte más voluble...
Nunca me levanté nuevamente, comencé a comprender la dimensión atemporal de los fantasmas... y de pronto me convertí en uno...
Vagué tanto... y terminé igual que mi padre, creyendo en hacer el bien para todos y no encerrarme en una familia... (raramente nunca podré hablar de familia feliz).
Corrí, sollocé y exploté... aún así cuidé mi mundo....
Pero caí...
Soñé futuro y caí en la triste realidad de tener un pasado que me atormenta...
Pensé en llorar... y vi que el mundo lloraba a mi lado...
Todo pasó a ser una difusa imagen del tiempo...


"No hay nada aquí:
sólo unos días que se aprestan a pasar,
sólo una tarde en que se puede respirar
un diminuto instante inmenso en el vivir.
Después mirar la realidad
Y nada más, y nada más."

Y nada más...
El tiempo fluye, quisiera estar en el pasado remoto del hombre y sobrevivir, quisiera viajar al futuro y darme cuenta que no cometeré los errores que cometieron mis padres, seré en el fondo un buen padre...
Aunque ya he fallado...Y por ello, sobrevuelan fantasmas sobre mi cabeza...

martes, noviembre 15, 2005

SOY LO QUE SOY... CON DOLOR!!!

Saltaron haciendo una vuelta completa sobre su eje, para caer, pesadamente sobre sus pies en una posición no difícil de equilibrio.
Volví a levantar la botella y a sentir recorrer el alcohol como escapaba por las comisuras de mi boca.
El alcohol peleaba por entrar en mi garganta...
Me atoré y me agazapé en un rincón a vomitar.
El vomito salpicaba mi ropa y comencé a sangrar.
Cada vez sentía más nauseas, el tiempo pasaba y comprendí que estaba solo.
Me arrastré unos metros y me senté en la entrada de una casa.
El olor del vomito era nauseabundo, las horas pasaban rápidamente y sollocé por lo lamentablemente patético de mi ser.
Pocas cosas son tan seguras como el paso implacable del tiempo.
Cuan cierto es tu temor Dorian, el tiempo pasa y corrompe tanto...
Ves aquella estela de agua que recorre calle abajo?
Esa me lleva hasta mi hogar...
¿mi hogar?
Dulce rincón de recuerdos y sollozos...
Tranquilidad entremezclada con soledad...
Silencios eternos que corrompen mi cerebro...
Alcohol que disuelve lo poco que queda de mí.
Ahí están, ellas se encuentran ahí....
Pasad, pasad, bailad sobre mis entrañas abandonadas en el suelo!!
El agua se lleva partes de mi...
Soy siempre menos, estoy siempre más...
Sueño...
a veces duermo...
siento dolor... dolor profundo que recorre mi espalda...
BASTA, necesito algo para acabar con este horrible dolor...
Pero si en el fondo ese dolor fuera mío, algo así como una parte de mí??Soy llantos, dolores, risas y uno que otro amor furtivo...

lunes, noviembre 07, 2005

QUEMANDO RECUERDOS DE MI MENTE

Hoy comencé a enterrarte, después de algo menos de dos años, decidí acabar con mi largo y masoquista luto.
Decidí que en no te esperaría más y que simplemente te eliminaría de mi recuerdo temprano.
Pensé en todo lo que vivimos, en lo que no vivimos, en lo que hicimos, en los errores y los aciertos.
Creo que algunas lagrimas dejé, pero la verdad es que no lo recuerdo bien.
Tomé algo de ese valor que tiendo a no tener, cerré los ojos y busque en mi rincón de recuerdos todas tus cosas, tus cartas, tus fotos, tus regalos, tus recuerdos... estaban ahí enmarañados de las más dulces pelusas de memoria y las más amargas telarañas de rencor.
Te retiré de ese oscuro rincón para llevarte a otro más iluminado y limpio, tomé la decisión de abandonarte en el fuego.
Tus cosas, aquellas que veneré con demencia, aquellas que lloré tantas veces...
Todas ellas terminarán en una gran y abrasiva fogata, no para olvidarte, o tal vez si, pero al menos para recordarte de otra manera, de una sin mirada, ni de rostro alguno, recordarte como esa mujer que tanto amé, que pude olvidar, a la cuál tengo en un rinconcito de mi memoria de largo plazo, cubierta por bellos recuerdos y melancólica alegría.
El fuego consumía tus recuerdos nefastos... y reaparecías de las cenizas en una manera limpia y hermosa.
Hoy te alejé de las grandes acrópolis para pasarte a un lugar más mundano.
Hoy comencé a olvidarte...
Hoy por fin comencé a vivir...
El camino se separa al fin, siempre lo hace, tarde o temprano, la vida comienza a aparecer donde antes hubo ausencias de todo tipo.
La vida se abre camino en mi mente... me siento vivo y feliz...Hasta siempre bella...
Gracias por los recuerdos!!!
Buongiorno Principessa

miércoles, noviembre 02, 2005

AL FINAL DEL CAFÉ...


Tomaba mi café, acompañado de un poco de Baileys, para darle un sabor algo más suave y dulce.
Comencé a pensar en las cosas bellas de la vida, pensé en viejos amores, pero me llevaron a la desgana de viejas decepciones.
Empecé a mitigar mi decepción con algo de buena música, mientras escuchaba algo de buen jazz, (The Swing Timers, en Tributo a Cortázar), preparé mi pipa y comencé a fumar mientras un aire de acogedora penumbra se posaba sobre mi hogar, contemplé como las pequeñas cosas, esas de felicidades efímeras, destellaban ante mis ojos, me senté en mi sillón (especializado para la buena música y la buena lectura), tomé un buen libro de Oscar Wilde y comencé a leer en voz alta.
Al rato me di cuenta de lo mágico del momento, las cosas pasaban fuera de mi ventana con una cotidiana violencia que debería haberme consumido en terribles reflexiones de lo inaudito banal del mundo.
Cuando comenzaba a verme rodeado por consumadas reflexiones sobre la necesidades de cambiar todo, decidí cambiar la música, algo que me trasportara un poco más cerca de la realidad de nuestro suelo, comencé a escuchar a Zitarrosa, admirando su voz y balbuceando (siempre en una forma lamentable) algunas de sus canciones...
Todo se movilizaba en una forma predeterminada, como si todo esto fuera un gran ajedrez!!!
El tiempo corría vertiginosamente fuera de mi ventana...
La soledad era una perfecta compañera (por primera vez me daba cuenta de ello).
En ese momento me di cuenta de lo feliz que era, comprendí que esa búsqueda eterna de felicidad se debía a algo mezquinamente utópico.
Recordé a mis amigos y soñé con tenerles rodeándome en ese momento con una buena conversación, riéndonos, soñando, contemplando...
Volví a pensar en mujeres, pero recordé lo reconfortante que es estar siendo abrazado por alguien con la simpleza de querer un buen momento, sin más, sin menos...
Eso es felicidad, las cosas pequeñas que minan de a poco (a veces en forma muy pequeñita) la cotidianeidad de esta vida...
Un buen café, una buena charla, un beso, un excelente libro, buena música, amigos, la sonrisa de un niño...
Invalorables objetos del buen amor y de la hermosa felicidad.
Después de bastante tiempo puedo decir como dice Silvio:
"Soy feliz, soy un hombre feliz. Espero que me perdonen los muertos de mi felicidad"
Amén por eso...