martes, junio 13, 2006

MÍA

El ocaso de la noche me hacía estremecer, las realidades se transformaban de poco a poco en cosas que no sabía si dejar entre lo completamente onírico o completamente real.
Salí a caminar y a ver las terribles necesidades de humanidad que tenía, las ganas de mirar el cielo y no sentirme tan completamente solo...
Soñé en que nada parecía ser tal como era, y caminé, durante horas, terriblemente apabullado por las cosas cotidianas, por esa soledad embriagadora, donde siempre tenemos posibilidades de cranearnos las cosas que nos pasan y buscamos respuesta a cosas de eterna incógnita.
De pronto me consumí durante horas al escuchar un crepitar constante dado por las luces de neón de los carteles brillosos de la calle Corrientes, el andar, el moverse, la gente corriendo a mi alrededor... y yo simplemente consumido en las cosas pequeñas...
Encendí mi pipa y comencé a jugar con el humo, ver como en un torrente extraño de contorneante figura que se deshacía sobre el cielo de la ciudad... El neón seguía crepitando...
Caminé durante horas y en insospechadas consecuencias, durante días y años, hasta que finalmente después de todo, volví a tus ojos...
Desde donde cerré los míos y me dejé contemplar...
Vi una desquiciada realidad... y vi elefantes volando sobre el humo que expelía mi pipa... las luces de neón se convertían en gigantes jaulas para atrapar los sueños de los mundanos... yo salí de torrente humano de la calle... me encerré en un baño y miré en lo profundo de mis ojos tu recuerdo y vi al fin que te llevaría para siempre conmigo... en realidad y locuras... eternamente... en recuerdos....
Mía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Como puede divagar tanto tu mente?
¿Qué es real y que es fantasia?
¿Todas las personas , en su vida cotidiana, tendrán este tipo de pensamiento tan volatil?