sábado, octubre 20, 2007

DONDE HABITA EL TIEMPO

Aquella casa tenía rincones oscuros, al entrar se formaban torbellinos de dudas que acongojaban las memorias, sutil, el espacio se perdía entre luces y sombras, en aquel lugar el mundo se detenía.
Existían numerosas historias sobre la real existencia de esa casa, los más viejos decían que nunca había sido habitada pero que siempre estuvo en ese lugar, sólo acompañada por las olas eternas y esa arena atemporal que año tras años entraba por sus rendijas.
Algunos pequeños juraban haber oído luces y visto risas al interior de la casa.
Lo único real era que estaba ahí, desde tiempos inmemoriales, sobreviviendo al viento y las olas, acompañada de arena.
La casa era de madera, de una madera gris, hermosa, tallada sólo por el viento y la arena. Tan exquisitamente rústica.
Viajé demasiado hasta que la encontré, mi camino había comenzado hace mucho, en el otro océano. Hasta que llegué a ese pueblito...
Dicen que un día un joven se animó a entrar, se habla que salio llorando y sonriendo, sin poder explicar que encontró en esa casa, pero diciendo que todo era tan sutil e intenso.
El joven decía recordar que había en aquella casa, tengo sentimientos encontrados constantemente, decía, sobreseído de culpas y de privilegios, encontré luz oscura y amor odio, nada existía en aquel lugar, todo parecía desaparecido en una extra conjugación de presente y pasado.
En ese lugar habita Mandinga, decía un paisano.
En ese lugar habita Dios, decía una vieja.
El joven los miro graciosamente y les contestó... en ese lugar, habita un hombre, que no necesita el tiempo. Ese hombre no busca nada, pero todo lo encuentra, no es dios, ni mandinga, es mundano como pocas cosas, casi patético, casi genial, escondido en placeres de intelectualidad y feliz de alegrías de un bebe que sonríe. En esa casa, no existe el tiempo.
En esa casa no se encuentra más nada que un espejo.

1 comentario:

Nati dijo...

habia olvidado que tenias blog.
lo encontre y e le pornto
saludos