miércoles, agosto 10, 2005

EFÍMERAS COINCIDENCIAS


Anhelaba pensar en un día diferente, temprano comencé a viajar para encontrarme con esa extraña imagen de la muerte (cercana-lejana), caminaba mientras escuchaba Walking Around de Pablo Neruda...

"Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias."

Caminaba y caminaba, pasé por lugares antiguos... y así, mientras avanzaba empecé nuevamente a levantar fantasmas para que hicieran esa procesión conmigo, los invité a venir y ellos me acompañaron, los quise cerca y ellos estuvieron ahí para absorber mis lágrimas.

Subí-Baje... vi la tierra recorrer nuevamente las maderas barnizadas de un ataúd, recordé como empezó este año. Mal, mal, siempre se puede estar peor... recuerdas?.

No me permití llorar, no era necesario, había más penas en que pensar.

Volví taciturno, casi como de costumbre, y me volví a inmolar en mis recuerdos. Callé-hablé, sonreí, me enojé.

Cuando todo parecía perdido, cuando la noche marcaba ya su inicio, creí ver las estrellas, bajaron un par de Dioses de mi cielo a verme... uno a uno desfilaron, rendí mis respectivos tributos y...

Desperté, dentro de mi eterno propio ataúd.

1 comentario:

Carolina Moro dijo...

Y esos fantasmas de ciertas calles se parecen a otros de más lejos o más cerca según de quien los mire o según quien es el que camine a su lado.

Entonces los ataúdes de madera y los versos con detalles de ventanas y ropas, son más bien como un espejo o un reflejo.

Y los pasos siguen y los zapatos también. Y el enojo o la rabia o la simple tristeza de pisar por esas calles que es pisar donde mismo caminaban los fantasmas del principio.