jueves, octubre 06, 2005

AUSENCIA ETERNA Y FUGAZ

Nada más doloroso en el mundo es tu ausencia. He tenido penas y angustias como nunca antes tuve... Pensé en dejar todo, en dejarlo absolutamente todo, he hice el intento de inclusive abandonar lo mundano...
Fuiste absolutamente todo para mí... mi mundo empezaba en ti y terminaba en ti. Sentí terror en animarme a decirte que las cosas ya no iban más, por que entendí después de un par de años, cuanto daño me estaba haciendo esta tenue experiencia.
Soñé tanto con vos: vida, obra, futuro, pasados, esta vida y otras.
Pero ahora mucho de eso no queda, ahora estoy acá loco, solo, triste, rabioso y consternado.
Mil veces caí, mil veces creí levantarme, pensé en poder llevar todo adelante, pensé en salir a comerme el mundo... Pero terminé acá, en este agujero, sin mucho aire y con muchas dudas, oscuridad y demasiados fantasmas persiguiéndome.
Las cosas se han torcido tanto desde que bebo sin ti...
No sabes lo que me cuesta escribir estas líneas. Hubiera querido decírtelo personalmente, aunque veo que entre el hecho que no me ves y el que me omites a diario, tu vida pasa normalmente (eso da pautas, de las cosas que debería pensar) y yo (aunque me cueste asumirlo) dejé de ser parte de tu vida.
Ahora divago bastante más, deambulo y contemplo... contemplo fantasmas, amores, odios, sueños y caigo siempre en ese vacío que caracteriza mi vida.
Soy un fantasma de lo que fui, soy un suspiro de lo que conociste.
Cuando me vine, mi mundo era algo muy acotado. Mi vida era los sueños, la melancolía y las utopías. Ahí fue cuando apareciste, a iluminar mi vida, mi illuminati, a no dejarme sentir solo, a amarme y a amarnos... Te amé como a nadie había amado jamás, soñé contigo con lo que no había ni siquiera podido murmurar entre mis sueños. Di un sentido a mi vida y no me refiero a un sentido cognoscitivo, me refiero a esa intrínseca necesidad biológica de vivir, sí, vivir, amar, soñar, mirar un futuro juntos. He aquí mi primer error, probablemente soñé más que lo que tu querías, más de lo que tu realmente sentías. Pero el error estaba cometido y marcaría futuros errores.
Vivimos una vida rara, entre que no dejábamos tiempos para cada uno, hasta esa imperiosa necesidad de amalgar nuestras vidas. Me amalgué a la tuya, y en lo que a mí respecta, a vos siempre te costó un poco más llegar a ser parte de mí vida.
El tiempo pasó y vinieron aquellas hermosas noches en tu casa, esas apasionadas escapadas en nuestro hermoso juego de amor. Era tuyo y eras mía. Esas cosas apasionadas nos llevaron al más terrible de nuestros problemas.
Recuerdas aquel mediodía? parecía todo tan simple, la realidad en ese momento aún no nos aplastaba. Pasaron los meses, las cosas nos sobrepasaron, llegaron los momentos de ver que estaba pasando.
Fue allá lejos, terrible tarde, estábamos tan nerviosos, mi cabeza corría a mil por hora, me imagino que la tuya iba mucho más rápida que la mía. Extrañamente entre lágrimas y abrazos desesperados, planeamos (o planee? ya he dicho que era uno de mis errores) nuestro futuro, recuerdas todo lo que dijimos?... yo lo recuerdo como si hubiera sido ayer... ese es uno de mis fantasmas.
Dejamos que el tiempo pasara, los problemas fueron creciendo. Fuimos tan ciegos. Después, vino mi fatídico día. No trataré de recordarlo por que aún ahora me duele como si hubiese sido ayer... Lo que nunca supiste fue todo lo que pasó después de que te dejé en el portal de tu casa...
Aquella noche caminé mucho... caminé hasta donde mi sombra quiso acompañarme, pensé en lo que pasaba, caía, caía tan bajo...
Cuanto llanto, cuantas penas, cuantas angustias, cuantas frías noches de invierno me tocaron absorber solo. Ahí entendí ciertas cosas, pero aún en ese momento sabía que eras todo para mí y que en ese momento yo era todo lo que podías tener para vos.
Las cosas no fueron más fáciles, simplemente creamos pactos de no más daño, que en el fondo no sirvieron para nada.
Me fui a cobijarme en las sombras de mi amada cordillera... pude retomar ese amor por vos que pensé extraviado. Volví... y vos te ibas... esa mochila te la llevaste llena de sueños, sueños tuyos y en una cajita, nuestros sueños... Y allá, en tu onírico país de fantasía, fue donde dejaste nuestra cajita.
Volviste, distante y taciturna. Yo me lo imaginé de inmediato, pero decidí hacerme sordo y mudo a lo que sentía venir.
Me dejaste... no lo supe entender, quise dormir y volver a despertar, tratando de olvidar esa pesadilla. Desperté y viví la pesadilla.
El tiempo pasó, anduve melancólico, loco, trastornado. Pero sobreviví, y en eso me ayudo algún alma indefensa... Ahora lo asumo y, lamentablemente, reconozco la utilicé. Estuve muy bien con ella, vivimos muchas cosas, ella enamorada y yo, buscando algo que había perdido en un viaje a un onírico lugar.
Las cosas se dieron en una semana como un torbellino. Esa tarde fue hermosa... recuerdas lo del amonite? Dos partes, tan diferentes entre sí... pero complementarias... hechas el uno para el otro. ¿Dónde quedaron esos días?
Nos dimos una segunda oportunidad. Vos bajaste de esa posición segura de no perderme a una un poco más humilde. Y yo bajé de esa posición de creerte divinizable a una un poco más humana.
Pero las cosas ya no eran como antes, encontré que tenía una espiga de odio en mi corazón hacia ti. Fue terrible darse cuenta de ello... las cosas me marearon el mundo se volvió revoloteante, eras mi ángel-demonio... daba todo por estar con vos, pero había ese rencor que venía guardando de años... odio a vos... odio a mí mismo. Ahora con un poco de tiempo he determinado que este sentimiento era el que me ahorcaba aquella noche donde mi cuerpo se detuvo.
Para este momento las cosas ya se estaba precipitando en una dirección incorregible, las causas y los azares habían determinado el futuro que habría de venir.
Mujer no sabes cuanto me has dolido, cuanto me arrepiento de aquel día.
Después te dejé, en parte por ese amor-odio, en parte por la contradicción que eras con mis sueños... esos sueños que tuve de niño... comprendí entonces que ambos éramos mezquinos. Yo te quería junto a mí, pero con mis condiciones y vos, no estabas dispuesta a dejar tus cosas, y vos no estabas dispuesta a que yo interfiriera en tus sueños...
Te dejé aquella tarde... llorabas tanto... aún lloro al recordarlo... tus ojitos... esos ojitos tristes...
Me arrepentí, a penas ese tren partió...
Me duele escribirte esto...
Pensé que el verano me haría olvidar... pero no fue así... tus recuerdos me invadieron... los recuerdos de tus labios, tu boca, tus ojitos, tu cuerpo... esas tardes apasionadas en mi casa... Silvio Rodríguez, Neruda, Storni... todas esas cosas que nos hicieron uno.
Te busque una tarde... y te encontré lejana...
Caí tan profundo...
Y de pronto...
Paré empecé ha hablar un poco con alguien más que mi sombra...
Aquella noche debí haberme convertido en fantasma... para juntarme con mis propios fantasmas...
Me quería llevar... me quiere llevar, tiene terror, tiene pánico... duda de lo que pueda hacer...
Y estoy en eso, convenciéndome, de que nada está tan perdido como parece... quiero seguir mis sueños...
En lo que realmente fallé, fue en no gritar cuando debí y ahora grito por todo junto, pero ahora soy simplemente... un fantasma entre tantos vivos, uno que está más loco de lo común, llorando por fantasmas que perdí y suspirando por una diosa a la que mi odio traicionó...
Mundos nuevos me esperan, sueños olvidados, fantasmas me seguirán... moriré donde antes tuve vida, pintaré noches de inviernos, con atardeceres rojos viviré, dormiré en distintos brazos, buscándote en cada recodo.
Saldré de acá llorando para nunca más levantarme, dedicaré poemas, cantaré canciones, amaré la vida que me lleve a recordarte, a recordaros, aquello que no somos, aquello que pudimos ser.
Nada volverá atrás? odio ese incorruptible paso del tiempo, joven y sin esperanzas es casi lo mismo que una vejez eterna, y la vejez conlleva al fin de la vida.
¿Nos mato el silencio y la ausencia? ¿O me mató a mí solamente?
Aún me queda tanto por decir...
Pero no debo...

No hay comentarios.: